Yo solo veía a mi mamá y así aprendí. Vivimos en varios ranchos. Mi mamá hacía sopita, frijoles, chilito con carne, papas. Una hacía de todo y así me enseñé a manejar la harina, las tortillas, el pan. A mis hermanos les gustaba mucho el pan. Le dicen pan de acero, porque se prepara al acero.
Uno estaba niño pero se fija. Es lo que le digo a mis hijas y a mis nueras: uno cuando quiere aprender, aprende de los demás. Cosas buenas, no malas.
Los ingredientes son la harina, el polvo para hornear, canela o anís, azúcar y manteca. Si son 3 kilos de harina, se usa medio de manteca, un kilo de azúcar y dos tapitas de polvo para hornear por kilo. Todo es al tanteo.

La amasada es rápida, ni media hora me tardo. Dejo reposar la masa, las torteo y las tapo y empiezo a cocer. Nunca le he tomado el tiempo.
Para el fuego lo mejor es la leña de mezquite. Está más fuerte la brasa, dura más. La de mimbre y huizache es muy vana, se apaga pronto y se vuelve ceniza.
Hago pan para vender y después la gente me obliga: “Cuando haga pan, me manda”. A veces vienen a buscarlo aquí, a veces mi nieta me lo corretea.