Martha Navarro Favela

Chiles rellenos
Viesca
Región Laguna

Hoy preparé chiles rellenos de queso. Por lo regular siempre le pongo tres quesitos al chile: poma, ranchero y asadero, y pues a mis comensales les gusta ese tipo de preparación.

Primero se asan los chiles, se les quita el pellejito cuando están asados, y ya cuando está muy limpio el chile se le rellena, ya sea de picadillo o de queso. A muchos les gusta de queso, pero hago también de carne. Ya cuando los tengo rellenos, los enharino y bato el huevo a punto de turrón. Los capeo y los echo al sartén. Vamos a decir que llevan en hacerse una media hora 

A mi me enseñó mi mamá a cocinar. Se llamaba Guadalupe Favela y era también de aquí, de Viesca. Ande, a mi mamá le quedaba muy rico la fritada de cabrito. Pero haga de cuenta que esa no me queda a mi. Pensé que toda la vida iba a durar mi mamá. Nomás me fijaba pero no me llamaba la atención enseñarme. A ella le quedaba muy buena. Ahora la hago, pero no es lo mismo que si le hubiera puesto atención a mamá. 

A ella le gustaba mucho la cocina, sabía de muchos guisados y de repostería. Hacía aquellas cajotas de pan que se usaban aquí. Ella sólo hacía comida para la casa, pero le gustaba hacer y repartir a los vecinos. Todavía se hace eso en Viesca, somos así, de que “ándele, llévele”.

Actualmente tengo ocho años con mi restaurant, y lo que más me piden son chiles rellenos y caldo de res. A veces les digo: “Está haciendo mucho calor”. Pero me contestan: “¿Qué le hace? Usted háganos caldo de res”. El menú varía en la semana. Un día hago un guisadito de res con papitas, otro día hago mole, otro día hago caldo, otro día chiles, todos los días es diferente. Lo que más me gusta hacer son los chiles rellenos y el mole.

Al restaurant le caben 30 personas. Aquí antes ya se vendía comida. Otra persona vendía gorditas, y luego optamos por mejor ponerlo nosotros en nuestra propia casa. Estaba muy deteriorado y mejor quisimos hacerlo nosotros para irlo acomodando bien. Empezamos por cambiar el piso. Tenía piso de antes, lo quitamos, lo enjarramos y empezamos a transformarlo.

A mi me gusta mucho cocinar. El día que no vengo me aburro más, aquí todo el día lo tengo ocupado, porque hago gorditas en la mañana y comida a medio día. Ya para las 11 y media estoy pensando qué hacer para comer. Y termino como a las seis y media, porque todavía a las cinco andan pidiendo comida.