Soy Patricia Zacarías Sánchez, orgullosamente cocinera tradicional de Saltillo.
Yo empecé con un negocio de comida. Restaurant, y servicio de banquetes. Primero tuve el restaurant, y si me pedían servicio de banquete privado de eventos también lo he manejado. Ahorita ya no tengo restaurant, pero sigo con el negocio de los eventos, cuando me contratan. De esto ya tiene más de 20 años, que me dediqué de lleno a la comida.
Aprender a cocinar fue con mi familia. Con nuestras tías, nuestras abuelas, siempre de ahí sacando recetas. Que nos gustaba un platillo… preguntábamos cómo se hacía, o nos ponían a cocinar cuando estábamos en la casa, de solteras. De ahí fuimos aprendiendo, agarrando un poquito de aquí o de allá.
Con mi abuela eran muy comunes los caldos: caldo de res, caldo de pollo, guisados de carne, el cortadillo, porque yo me crié en Torreón, Coahuila. Ahí es muy común el cortadillo, las gorditas, todo lo normal en una casa. Enchiladas, guisados diferentes.

Una de las cosas que introduje aquí, cuando empecé el negocio de restaurantes, fue la enchilada lagunera. Es un poco diferente a como la preparan en Saltillo. Ha tenido bastante aceptación, y mucha gente me conoce por las enchiladas. Me contratan a veces con eventos con puras enchiladas, ya que han gustado mucho
Mi mayor satisfacción es difundir la comida mexicana en su esencia natural, sin andarla deformando. Por lo menos como a nosotros nos la enseñaron. La mayor parte de todo es natural, como se hacía antes. A mi abuela le gustaba mucho la cocina, era una familia muy grande y se hacían cantidades enormes de comida
Actualmente quieren simplificar mucho las recetas, usando los productos nuevos que hay para cocinar. Muchos de esos productos no los uso, prefiero los condimentos naturales. En eso siento que se ha deformado un poquito la cocina mexicana. Los condimentos artificiales que se están metiendo no van conmigo.

En la enchilada nosotros hacemos la salsa y no utilizamos tortilla roja. Yo uso la tortilla normal y la baño en una salsa que hago con chile guajillo. Lo cuezo previamente, lo licúo con ajo, lo guiso -coladito para que no se vayan los pellejitos ni nada de eso- y ya guisado condimento con la sal necesaria y un toquecito de comino.
Es la receta que siempre he usado, es la que le ha gustado a la gente que ha consumido mis enchiladas. La tortilla se fríe, se baña en la salsita, se le pone el queso, el que ustedes quieran. Para mi gusto es panela mezclado con un poquito de chihuahua, o del que gratine. Yo revuelvo de los dos para que dé un poco de cuerpo y al mismo tiempo gratine. Al mismo queso se le puede poner cebolla picada, que le da un sabor excepcional. Yo ya me acostumbré a hacerlas sin cebolla porque la gente no se acostumbraba, pero para mi le da un toque muy bueno.
Se rellenan las enchiladas y se acompañan con papas fritas, chilito toreado, ensalada de lechuga, y hasta con una buena sopa de arroz al lado. Queda un platillo excepcional, muy llenador y muy rendidor. Es muy barato, y ahorita, para la economía que tenemos, es fabuloso.
Para hacer las enchiladas toma unos 45 minutos cuando muy tardado, y las porciones depende de la cantidad que uno quiera. Como es por unidad puedes hacer las que tú gustes, y rinde bastante, eso sí. Esta salsita la hice con 100 gramos de chile y sale bastante, y de ahí te pueden salir hasta 20 enchiladas, y hasta te puede sobrar. Es un platillo muy económico y sabroso, y no es muy complejo de hacer. Aunque a las nuevas generaciones muchas cosas se les hacen complejas.